viernes, 1 de octubre de 2010

¿Tendría que pedir un visado para comerme una butifarra en Sitges?

¡He vuelto!... Y con ganas, muchas ganas. Regreso a Madrid desde las bellas tierras de Sverige, que me han dejado sinceramente impresionado, y de las que os hablaré más adelante en esta bitácora.


Pero, tras regresar de mis vacaciones, he recibido una bocanada de noticias, de todo lo que me he perdido durante estas semanas. Entre ellas, algo que me afecta de manera muy personal: Cataluña, toros, y elecciones. Lo asumo. Mi tercer post y ya estoy hablando d'una de les meves terres... Si que es la sangre me tira, y no puedo resistirme a abrir la caja de Pandora. Pero hace unos días, yo que soy una material girl, me hice este planteamiento bastante banal, e incluso vulgar, propio de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York. Y os garantizo que más de uno se lo ha planteado.


Precisamente me viene a la cabeza aquella frase tan recurrida de José María Aznar en la que decía (curiosamente con micrófono de la Cadena Ser en boca allá por el 2008) España corre serios riesgos de desintegración y "balcanización". Y que lo diga el mismo que firmo con sus amiguitos nacionalistas el Pacto del Majestic... ay, ay, ay... Ahí fue cuando va a començar a parlar català en la intimitat...


Aunque, desgraciadamente, no anda muy lejos de la realidad. Hace no mucho tiempo, el que fuera el ganador de una encuesta -inventada por un redactor de El Mundo- como el hombre más deseado por los gays españoles, Joan Laporta (ya hay que tener mal gusto y tragaderas); pedía hacer una declaración unilateral de independencia junto con el resto de sus camaradas, que de momento le han dejado solo en el estrellato.


Pseudopolíticos con sobredosis de agua de retretes del Quebec aparte, lo cierto es que muy pocos se han contemplado seriamente ese escenario. Yo tampoco, pero ya puestos a echarle imaginación, a saber:

1) Cataluña no entraría en la Unión Europea en un par de horas, como entra cualquier cosa que se precie con lubricante. A, tendría que presentar una solicitud formal ante el Consejo Europeo, y éste les obligaría a reunir unos requisitos previos a nivel económico y fiscal que marca el reglamento de Copenhague y la futura entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Analizando su situación, el diario Expansión ya indicó que esto sería inviable (y más ahora que es el país con más de deuda per capita de todos los diecisiete países y dos ciudades-países de España). B, habría que firmar un tratado de adhesión (que le pregunten a Felipe González cuanto tardó). Y C, y más importante, España todavía tiene derecho a veto. Imaginación sí, pero realismo también.

2) Brindaríamos con mosto o con sidra asturiana mientras nos tomamos las uvas de Nochevieja. El siempre socorrido Freixenet se podría a unos precios completamente imposibles, por ser un producto fuera de la Comunidad Económica Europea y la cantidad de aranceles que habría de por medio. Vamos, un disparate.

3) Como sería un disparate irse de compras por mi adorado Passeig de Gràcia. Normal, no existiría el euro y solo Dios sabe que moneda se inventarían, pero que digo...

4) ¿Alguna de las multinacionales que hay en Cataluña le merecería la pena seguir allí?. Las tiendas de mi querido Passeig de Gràcia cerrarían. Y si cierran...

5) ¿Quién va ir a Cataluña?. Al no estar en la UE, tendríamos que poner, entre Francia y nosotros, una frontera y sus correspondientes controles. Por no hablar de los susodichos visados... Vamos, que viajar a Barcelona saldría más caro que ir y volver a tirarte al chulo de turno australiano.

6) Y al poner fronteras y no estar en la Unión Europea. ¿Qué pasaría con el suministro eléctrico?. Cataluña actualmente no es autosuficiente energéticamente hablando, y depende en gran parte de la electricidad procedente del resto de España y Francia. ¿Sabéis que en Albania para iluminar el estadio de fútbol tienen que dejar sin luz a toda la capital?. Mi querida gran polla catalana, la Torre Agbar, no podría relucir en todo su esplendor.

7) Los grandes damnificados de este desastre serían, entre otros, La Caixa (6900 oficinas están en la Comunidad de Madrid, 4800 en Andalucía, y solo 3500 en toda Cataluña), Gas Natural (el 87% de sus clientes están fuera de Cataluña), y Seat-Wolkswagen (la mayor automovilística industrial que tiene, vende el 79% de los vehículos producidos en el resto de España).

8) El castellano se extinguiría, y salvo cuatro gatos y yo que hablamos catalán (que sí..., aunque seamos muchos, en comparación con el castellano, seguimos siendo cuatro gatos, realismo...), ¿qué pasaría con los casi 3 millones que SOLO hablan castellano en Cataluña?.

9) ¡Y lo más importante!. Mi idolatrado Gerard Piqué jugaría contra el Terrasa o el Girona (con todos mis respetos a estos equipos).


Aunque también tendríamos algunas ventajas...

1) En TV3 y demás medios afines a la causa, dejarían de usar el término Estat Espanyol. ¿Alguien le ve sentido que un comentarista diga en plena retransmisión de la Formula 1 que ha guanyat el pilot de l'Estat Espanyol Fernando Alonso?. ¿Alguien comprende que en vez de llamar al Debate del Estado de la Nación [española, claro] en el Congreso de los Diputados, se diga Debat de Política General?.

2) Y hablando del Congreso, sería un alivio para todos que, nacionalistas (aunque el concepto de nacionalistas lo tienen un poco equivocado) e independentistas salieran de las Cortes. Dejarían de coaccionar la política española y de chupar de la polla de Papá Estado.

3) Los que vivimos en Madrid, dejaríamos de ser los causantes de todos los males de Cataluña, y ya puestos, del universo.

4) La Generalidad de Cataluña (si, Generalidad, si estoy hablando en castellano), dejaría de financiar con mis impuestos, diarios como Avui; de editorial independentista, y que no solo ha recibido ayudas autonómicas, también es accionista la Generalidad de Cataluña con un 20% del total de participaciones.


Basta de soñar con pesadillas. Estamos a tiempo de que esta pequeña historieta sea solo una anécdota. Y como habéis leído empleo muchos pronombres posesivos en primera persona... Cataluña es parte de mi vida. Sin ella, España sería algo inconexo, incompleto, y en cierta medida, inútil. Y digo inútil, si después de todo lo que han/hemos luchado porque España sea una realidad unida, vaya mierda trabajo en balde.

Pero, por favor, no os llevéis la imagen que ellos quieren vender. Cataluña es un sitio mágico en todos los sentidos. El lugar perfecto para perderse y encontrarse. Y donde su gente es honesta, hospitalaria, y cercana (y algunos están más buenos que la crema catalana). Si jamás habéis estado, daros una vuelta. Os garantizo que volveréis.

Agradecida y emocionada, solamente puedo decir...

¡VIVA CATALUÑA!
VISCA ESPANYA!

martes, 27 de julio de 2010

Sexo, curas, y chaperos


Mientras preparaba mis próximos post para vuestro deleite, hace tan sólo unos días, la nación italiana fue abofeteada con este suculento reportaje publicado por la revista Panorama (que viene a ser un Interviú a la española). En él se muestra que la vida del clérigo en la ciudad de Roma, es de todo, menos aburrida.

Con cámara oculta en mano -al más puro estilo de la Milá- un periodista de la revista junto a su compinche, se infiltran en las noches más picarescas de Roma. Y descubren lo que muchas asociaciones LGTB de Italia llevan diciendo hasta la saciedad... Durante el día son simples sacerdotes que se dican, entre otros menesteres, a confesar señoras que se cruzan la bata cuando tienen algo importante que decir; pero por la noche, sacan a relucir sus camisas strech, y como un camaleón, se camuflan entre la jungla de discotecas del cancaneo y cuartos oscuros della città eterna.

La revista se ha eco de más de 70 casos y ha publicado dos en particular: Paul y Carlo.


El primero, un francés de 35 años, se reunió con el reportero una calurosa noche del viernes 2 de julio en una fiesta gay del barrio de Testaccio. Y menuda fiestecita: para el deleite de los presentes -clérigos incluidos-, gogos y chaperos (esta última parte llena de especies líquidas blancas, la cortan en el video que publica la revista, para no herir aún más la sensibilidad de la sociedad ultraconservadora italiana, que tienen como presidente al mayor putero conocido...). También está Carlo, un sacerdote de cincuentón, que no puede parar en halagos a la reina francesa pertarda del momento. La noche del sábado siguiente, Paul y Carlo quedan con el reportero y el compinche en una de las macrofiesta que se celebra durante los meses de verano con los mejores DJ house del panorama internacional, llamada Gay Village. A pesar de estar en su salsa, en esta ocasión Carlo estuvo ausente en varias ocasiones alegando que preferia evitar encontrarse con otros sacerdotes y catequistas que estaban allí presentes. Esta noche de desenfreno termina en la casa termina en la casa de Paul con el compinche del reportero (chapero y pagado). Éste le pide que se ponga el alzacuellos para hacer guarreridas italianas. Y de penitencia, misa a primera hora de la mañana con el chulo. Como diría Aznar, «en video quedó grabado».



Con Carlo, hubo una reunión que fue celebrada en un restaurante en el centro de Roma, normalmente frecuentado por gays, por la zona del Coliseo. Carlo señaló un par de hombres en otra mesa, indicando que uno de ellos era sacerdote y que estaba "comprometido" -entiendo que con Dios-. Carlo también alegó que, al menos el 98% de sus colegas sacerdotes de la Santa Sede, saben que es gay; pero añadió que en la Iglesia de hoy hay una parte "intransigente" que no trata de mirar la realidad, y otra parte "evangélica", que en vez reconoce y acepta el fenómeno de los sacerdotes homosexuales. Después de la cena, Carlo llevó el cómplice de Panorama a su apartamento, que está conectado en su interior a una iglesia, e hicieron más guarreridas italianas... A la mañana siguiente, y como si nada hubiera pasado, se ve a Carlo en este video, dando la comunión a señoras que el autobús les deja en la puerta de su casa, y monjas asexuadas.




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Hipocresía. No puede haber palabra más perfecta y contundente para definir todo lo mostrado aquí. Gracias a este reportaje, no solo hemos sido testigos de lo que era un secreto a voces, sino que además observamos -con total impunidad, premeditación y alevosía- que las acciones que su jefe tanto deplora, ellos las convierten en un arte. Sinceramente, me importaría tres narices lo que estos señores hagan en sus ratos libres, si fueran biblotecarios, ginecólogos, o informáticos, como yo. Pero no puedo parar de sentir cierta rabia contenida, al saber que gracias a un club al que ellos pertenecen, se han comentido autenticas masacres en el nombre de Dios.

Y yo, que soy cristiano -no católico- convencido, sólo puedo pedirle a Dios en mis oraciones:

«Perdónales, su alma está ya corrompida, pero no por su acciones, sino por haber elegido una vida llena de mentiras y completa falsedad, como tú hijo las sufrió de su discípulo Judas. Perdónales, por no predicar con el ejemplo de tu Palabra; desde ellos mismos, hasta su más alto representante. Y perdónales Señor, porque en el pecado, ya va su penitencia: no ser felices nunca jamás.»

Amén.