martes, 27 de julio de 2010

Sexo, curas, y chaperos


Mientras preparaba mis próximos post para vuestro deleite, hace tan sólo unos días, la nación italiana fue abofeteada con este suculento reportaje publicado por la revista Panorama (que viene a ser un Interviú a la española). En él se muestra que la vida del clérigo en la ciudad de Roma, es de todo, menos aburrida.

Con cámara oculta en mano -al más puro estilo de la Milá- un periodista de la revista junto a su compinche, se infiltran en las noches más picarescas de Roma. Y descubren lo que muchas asociaciones LGTB de Italia llevan diciendo hasta la saciedad... Durante el día son simples sacerdotes que se dican, entre otros menesteres, a confesar señoras que se cruzan la bata cuando tienen algo importante que decir; pero por la noche, sacan a relucir sus camisas strech, y como un camaleón, se camuflan entre la jungla de discotecas del cancaneo y cuartos oscuros della città eterna.

La revista se ha eco de más de 70 casos y ha publicado dos en particular: Paul y Carlo.


El primero, un francés de 35 años, se reunió con el reportero una calurosa noche del viernes 2 de julio en una fiesta gay del barrio de Testaccio. Y menuda fiestecita: para el deleite de los presentes -clérigos incluidos-, gogos y chaperos (esta última parte llena de especies líquidas blancas, la cortan en el video que publica la revista, para no herir aún más la sensibilidad de la sociedad ultraconservadora italiana, que tienen como presidente al mayor putero conocido...). También está Carlo, un sacerdote de cincuentón, que no puede parar en halagos a la reina francesa pertarda del momento. La noche del sábado siguiente, Paul y Carlo quedan con el reportero y el compinche en una de las macrofiesta que se celebra durante los meses de verano con los mejores DJ house del panorama internacional, llamada Gay Village. A pesar de estar en su salsa, en esta ocasión Carlo estuvo ausente en varias ocasiones alegando que preferia evitar encontrarse con otros sacerdotes y catequistas que estaban allí presentes. Esta noche de desenfreno termina en la casa termina en la casa de Paul con el compinche del reportero (chapero y pagado). Éste le pide que se ponga el alzacuellos para hacer guarreridas italianas. Y de penitencia, misa a primera hora de la mañana con el chulo. Como diría Aznar, «en video quedó grabado».



Con Carlo, hubo una reunión que fue celebrada en un restaurante en el centro de Roma, normalmente frecuentado por gays, por la zona del Coliseo. Carlo señaló un par de hombres en otra mesa, indicando que uno de ellos era sacerdote y que estaba "comprometido" -entiendo que con Dios-. Carlo también alegó que, al menos el 98% de sus colegas sacerdotes de la Santa Sede, saben que es gay; pero añadió que en la Iglesia de hoy hay una parte "intransigente" que no trata de mirar la realidad, y otra parte "evangélica", que en vez reconoce y acepta el fenómeno de los sacerdotes homosexuales. Después de la cena, Carlo llevó el cómplice de Panorama a su apartamento, que está conectado en su interior a una iglesia, e hicieron más guarreridas italianas... A la mañana siguiente, y como si nada hubiera pasado, se ve a Carlo en este video, dando la comunión a señoras que el autobús les deja en la puerta de su casa, y monjas asexuadas.




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Hipocresía. No puede haber palabra más perfecta y contundente para definir todo lo mostrado aquí. Gracias a este reportaje, no solo hemos sido testigos de lo que era un secreto a voces, sino que además observamos -con total impunidad, premeditación y alevosía- que las acciones que su jefe tanto deplora, ellos las convierten en un arte. Sinceramente, me importaría tres narices lo que estos señores hagan en sus ratos libres, si fueran biblotecarios, ginecólogos, o informáticos, como yo. Pero no puedo parar de sentir cierta rabia contenida, al saber que gracias a un club al que ellos pertenecen, se han comentido autenticas masacres en el nombre de Dios.

Y yo, que soy cristiano -no católico- convencido, sólo puedo pedirle a Dios en mis oraciones:

«Perdónales, su alma está ya corrompida, pero no por su acciones, sino por haber elegido una vida llena de mentiras y completa falsedad, como tú hijo las sufrió de su discípulo Judas. Perdónales, por no predicar con el ejemplo de tu Palabra; desde ellos mismos, hasta su más alto representante. Y perdónales Señor, porque en el pecado, ya va su penitencia: no ser felices nunca jamás.»

Amén.

martes, 20 de julio de 2010

Ser marica y sentirse español


A pesar de la marea roja vivida en los últimos días en todos los rincones de las ciudades españolas; hoy sentirse español, parece seguir siendo un estigma asociado al fascismo y todo lo que le rodea. Por no hablar de las auténticas barbaridades que ocurren en determinadas regiones con todos los símbolos que conlleven de manera implícita España y cuando éstos salen a relucir. Parece que ser gay y sentirse español, es algo así como el agua y el aceite; totalmente incompatibles. Y como ésto, puedo exponer cientos de casos.

Pero ya lo sabéis, no es nada nuevo. Aunque España está empezando a salir de su propio armario, aún quedan muchísimos cabos sueltos para que tod@s, independientemente de nuestra ideología, sexo, raza, religión, el tamaño de nuestros miembros y miembras, u olores corporales; podamos identificarnos con nuestros símbolos y no caer muertos en el intento. Y por supuesto, personas que día a día, como yo (modestia aparte), estamos poniendo nuestro granito de arena para que sea una realidad.

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Bienvenid@s a mi nuevo blog. Much@s ya me conocéis por mi antiguo blog "My Later Days", del cual no pude despedirme de la forma que me hubiera gustado de mis seguidores por infinidad de razones. Pero no quería continuar con aquello, y decidiendo volver con las energías completamente renovadas, me lanzo en esta nueva aventura, en la que hablaré de todo lo que me salga de los mismísimos, no dejando indiferente a nadie, y hablando cristalino. Siempre con mi particular estilo, a veces sórdido, y a veces soez. Lo único que os pido, es que descuarticéis este blog con vuestros comentarios. Nada me haría más feliz. Ésto tan sólo es un anticipo de lo que pienso contar. Hasta muy pronto.